CAFÉ CON SAL
UNA ANÉCDOTA CON PAPÁ Y MAMÁ DE CADA 28 DE DICIEMBRE.
1
Cada 28 de diciembre se repetía la misma escena en
nuestra casa. El Día de los Inocentes está relatado en el Evangelio de San
Mateo. El escritor José Saramago, solo con esas pocas palabras de San Mateo,
escribió una novela “El Evangelio según
Jesucristo”. De acuerdo a esta obra, Cristo sintió culpa trágica, porque San
José, luego de que en un sueño le revelaran que Herodes planificaba una matanza
de niños, tomó a su familia, y sigilosamente se escapó hasta Egipto. La
pregunta que se hace Saramago es: ¿Por qué José no le avisó a los vecinos sobre
la tragedia que se les venía encima? Pudo haber evitado esos asesinatos. En
Europa esa novela fue prohibida. Pero, bueno, el asunto de ahora es otro: una
anécdota de papá y mamá.
2
Papá revisa El Nacional, sentado en el sitio que
siempre ocupaba en el comedor. Mamá se le acerca con la taza de café que cada
día le preparaba. Mientras se dirige a la mesa, mamá remueve el café con un
cucharillita. Papá prueba el café, y exclama:
—¡Coño, este café tiene sal!
Y mamá le responde:
—Claro, hoy es el Día de los Inocentes.
Papá, entonces, masculla:
—Todos los años haces lo mismo, y yo nunca me
acuerdo...
Luego, ambos ríen, y mamá trae una nueva taza de café.
Esta vez, con azúcar.
Y colorín colorado...