ALFONSO MALASPINA.1923-2010

ALFONSO MALASPINA.1923-2010
ALFONSO MALASPINA

viernes, 27 de diciembre de 2024

CAFÉ CON SAL

 

CAFÉ CON SAL

UNA ANÉCDOTA CON PAPÁ Y MAMÁ DE CADA 28 DE DICIEMBRE.

 


 

1

Cada 28 de diciembre se repetía la misma escena en nuestra casa. El Día de los Inocentes está relatado en el Evangelio de San Mateo. El escritor José Saramago, solo con esas pocas palabras de San Mateo, escribió una  novela “El Evangelio según Jesucristo”. De acuerdo a esta obra, Cristo sintió culpa trágica, porque San José, luego de que en un sueño le revelaran que Herodes planificaba una matanza de niños, tomó a su familia, y sigilosamente se escapó hasta Egipto. La pregunta que se hace Saramago es: ¿Por qué José no le avisó a los vecinos sobre la tragedia que se les venía encima? Pudo haber evitado esos asesinatos. En Europa esa novela fue prohibida. Pero, bueno, el asunto de ahora es otro: una anécdota de papá y mamá.

2

Papá revisa El Nacional, sentado en el sitio que siempre ocupaba en el comedor. Mamá se le acerca con la taza de café que cada día le preparaba. Mientras se dirige a la mesa, mamá remueve el café con un cucharillita. Papá prueba el café, y exclama:

—¡Coño, este café tiene sal!

Y mamá le responde:

—Claro, hoy es el Día de los Inocentes.

Papá, entonces, masculla:

—Todos los años haces lo mismo, y yo nunca me acuerdo...

Luego, ambos ríen, y mamá trae una nueva taza de café. Esta vez, con azúcar.

 

Y colorín colorado...

miércoles, 18 de diciembre de 2024

101 AÑOS DEL NACIMIENTO DE ALFONSO MALASPINA

 

101 AÑOS DEL NACIMIENTO DE ALFONSO MALASPINA (Santa María de Ipire, 19 de diciembre de 1923)




UNA ANÉCDOTA QUE CONTABA NUESTRO PADRE.

¿CÓMO ME LLAMO YO?

1

Los cuentos y anécdotas que relataba nuestro padre, en realidad, eran crónicas de su pueblo natal, Santa María de Ipire. En varias ocasiones, le escuché el siguiente relato.

2

Vivía en Santa María de Ipire un bachiller, que trabajaba como secretario de la Prefectura. Ser bachiller en aquella época era toda una proeza. Ese  título, que lograban muy pocos, era el máximo pendón académico en la Venezuela rural con muy pocas escuelas.

3

Nuestro bachiller, cuando no leía un libro o estaba rodeado de ellos, los cargaba en sus manos o debajo de las axilas (o como diría el tío Nemesio: “Debajo del sobaco”).

4

En la Prefectura su trabajo, como secretario, consistía en insertar en los libros de registros, actas de nacimientos, defunciones y matrimonios. Refrendaba estos documentos con su nombre y su firma.

5

El secretario de marras estaba siempre pensativo y muy despistado con respecto a su entorno, o se hacía el despistado para agregar mayores quilates a su aura de intelectual consumado y profundo, hasta el punto de que cada vez que debía firmar un escrito, alzaba la vista hacia los presentes y preguntaba: ¿Cómo es que me llamo yo?