ALFONSO MALASPINA.1923-2010

ALFONSO MALASPINA.1923-2010
ALFONSO MALASPINA

lunes, 9 de junio de 2025

NUESTRO PADRE Y LAS RIMAS DE BÉCQUER.

 

ANECDOTARIO DE ALFONSO MALASPINA.

 

NUESTRO PADRE Y LAS RIMAS DE BÉCQUER.




ERMG

1

Papá tenía un bagaje cultural del cual no se jactaba nunca. Detrás del hombre de negocios estaba el intelectual, chapado a la antigua, cuyos conocimientos adquirió en tiempos cuando la escuela primaria se guiaba por principios enciclopédicos: se estudiaba de todo un poco de muchas disciplinas.

2

Generalmente, hablaba de historia, política o poesía cuando alguien citaba un nombre o aparecía una reseña  en los periódicos sobre algún escritor.

Una vez, leyendo El Nacional, papá encontró una nota donde se citaba al poeta español   Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870).

Entonces recitó de memoria una de las rimas más famosas de ese gran bardo:

 

Volverán las oscuras golondrinas,

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán;

pero aquellas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha al contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres,

esas... ¡No volverán!

 

 

jueves, 5 de junio de 2025

EL MÉTODO DE ESTUDIO DE ALFONSO MALASPINA

 

 

ANECDOTARIO DE ALFONSO MALASPINA.

EL MÉTODO DE ESTUDIO DE NUESTRO PADRE.

ERMG


 

 

1

Alfonso Malaspina llegó hasta sexto grado de primaria, allá en Santa María; pero era  un hombre de   amplia cultura. Algo que se entiende si tenemos en cuenta que uno de sus maestros fue, nada más y nada menos, que José Antonio de Armas Chitty, un caraqueño que se hizo guariqueño cuando se fue a  vivir a la tierra de Ipire.  

Armas Chitty, con el tiempo, ocupó un Sillón en la Academia de la  Historia, se hizo investigador, cronista, poeta, ensayista y biógrafo de alto vuelo.

2

Cuando yo cursaba  el último año de primaria con la maestra Dalila en el Grupo Escolar Monseñor Rodríguez Álvarez, papá me vio estudiando. Se  acercó y me dijo:

    El mejor tiempo para estudiar es la madrugada, para leer   en voz alta y caminando.

Empecé a levantarme a las cinco de la mañana para pasearme por el patio de la casa y leer mis apuntes en voz alta. El rendimiento fue notable.

Durante esas jornadas, varias veces, papá me hizo correcciones de acentuación y dicción de palabras.

3

Es evidente que los conocimientos se asimilan mejor a esas horas de la mañana porque el ambiente está fresco, y el cerebro también. Ahora bien, la idea de caminar para aprender es muy antigua. Aristóteles la usó con sus alumnos, los peripatéticos (los que pasean o andan mientras razonan). Los que ven la serie del doctor House han notado que casi todas las escenas donde se discuten los casos clínicos se hacen mientras los médicos se pasean por el corredor del hospital. House es un genuino peripatético.

4

Nietzsche decía: no se puede aprender sentado al escritorio. A esos los llamó “culoepiedra”. Hay que caminar para que las ideas lleguen mejor, afirmaba.

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